Cuando se cumplen cien años de su muerte, la figura de Emilia Pardo Bazán (1851, La Coruña – 1921, Madrid) sigue siendo, en muchos aspectos, paradigma de la modernidad. Su activismo por los derechos de la mujer, el naturalismo regional de su narrativa o la apuesta por la actualización de la sociedad española son ejemplo de ello.
Fue la primera mujer socia del Ateneo de Madrid y también la primera catedrática de la Universidad española.
Novelista, ensayista, empresaria, conferencista, crítica literaria, periodista cultural, editora, dramaturga o poeta son solo algunas de las facetas profesionales en las que dejó su impronta. Novelas como Los pazos de Ulloa o La madre naturaleza, la encumbraron como una de las escritoras más influyentes de su generación.
Sin embargo, otros títulos como el ensayo” Una cuestión palpitante” o la novela “Insolación” son los escritos que nos hacen recordar a Doña Emilia como a una autora que desafió las convenciones de su época.
‘Emilia Pardo Bazán: mujer de vasta ilustración y fino ingenio’. su lucha feminista, el acceso a la cátedra universitaria o, incluso, el intento de llegar a la Real Academia Española hicieron de ella una mujer especial.
Emilia vivió siempre según sus convicciones, y por eso antepuso la literatura en su vida, defendió la instrucción y los derechos de las mujeres en sus escritos, pero también en la vida pública y ejerciéndolos hasta convertirse en la primera catedrática de Literatura en la Universidad Central de Madrid, en la primera presidenta de la sección de Literatura Ateneo y ser la primera corresponsal de prensa en el extranjero, en Roma y en París.
Colaboró en numerosas revistas y periódicos, algunas incluso fundadas por ella, con crónicas de viajes, artículos, ensayos y gran cantidad de cuentos que agrupó en varias colecciones.
El método naturalista que introdujo Emilia Pardo Bazán en España culmina con la obra cumbre de ‘Los pazos de Ulloa’ (1886-1887), su obra maestra, patética pintura de la decadencia del mundo rural gallego y de la aristocracia. Con posterioridad, la obra de la escritora evolucionó hacia un mayor simbolismo y espiritualismo.
Emilia Pardo Bazán incorporó sus ideas sobre la necesidad de modernizar la sociedad española en cada uno de sus escritos, y defendió la obligatoriedad de instruir a las mujeres y ofrecer un acceso justo a todos los derechos y oportunidades que disfrutaban los hombres. Y no sólo lo defendió en sus escritos, sino también en público y con su día a día, ya que se separó de su marido y llegó a sostener una relación amorosa con Benito Pérez Galdós de la que se ha conservado una parte de la correspondencia amorosa.
También fue una excelente profesora. Las clases de Emilia Pardo Bazán eran las más concurridas de la época (llegaron a matricularse 825 alumnos frente a los 221 de Ramón y Cajal) y según las crónicas de 1896, la catedrática era directa, culta y entretenida.
Fue, por tanto una mujer independiente y excepcional en la España de su época y precursora de las ideas feministas y de los derechos de la mujer actuales.
La condesa Emilia Pardo Bazán murió el 12 de mayo de 1921 debido a una complicación con la diabetes que padecía. Al día siguiente de su fallecimiento, toda la prensa hablaba de la escritora fallecida y le reconocía los méritos y valía que le negó la sociedad en vida. Está enterrada en la cripta de la iglesia de la Concepción de Madrid.
Carmen Jiménez (Profesora del Club de Lectura de Nosotras Mismas)